
LAS REDES SOCIALES SI LLEGAN A LOS OCUPANTES DE LOS TERRITORIOS AMAZÓNICOS DE NUESTRO PAÍS?
Nos debemos hacer esta pregunta, debido a las crecientes y lesivas intervenciones de los campesinos del Guaviare y de otros departamentos de la región, sobre los territorios amazónicos, deforestando y quemando todo a su paso, para convertir estos maravillosos bosques en suelos yermos y empobrecidos que no proveen ni el pasto suficiente, por hectáreaExtensión de tierra correspondiente a una dimensión de 100 metros por 100 metros. Se estima que la deforestación de esta área emite aproximadamente 400 toneladas de carbono., para alimentar a una vaca durante 1 año, a pesar de las continuas informaciones que se agitan como mar embravecido, sobre los daños que se están causando en los ecosistemas y las consecuencias que nos vienen subiendo “pierna arriba” con el famoso Cambio Climático.
Y nosotros, encerrados en las ciudades, bombardeados cada segundo por innumerables pitidos de nuestro celular, avisándonos que nuevos mensajes ya se encuentran disponibles para ser leídos, sobre todas las temáticas existentes, vanagloriándonos de la rapidez de las líneas 3G, 4G, 5G… nG que nos mantienen continuamente informados sobre los hechos que suceden en todos los rincones del planeta, y donde contribuimos, con nuestras propias piezas de información para comunicar o distraer a nuestros amigos y seguidores, elevando a la N potencia el número de sonidos de advertencia de que la información está circulando.
Pero que sucede en los límites y más allá de la famosa y aún no delimitada físicamente y menos aún vigilada, zona de frontera agropecuaria, en donde ellos desarrollan sus actividades de deforestación, bien sea que realmente estén haciéndolo para asentarse y sobrevivir, o para cumplir una tarea asignada por un ignoto financiador con ocultos intereses, o, vislumbrando a futuro una negociación de su “abierto” predio con algún terrateniente que le reconozca los valores en tiempo y dinero invertidos en la transformación del bosque en inmensas praderas.
¿A ellos realmente les llegan mensajes por las redes sociales? Me atrevo a decir que no. Que estamos escribiendo y reenviando mensajes para un público que realmente no es, en esencia, el público objetivo. En la realidad la señal de las empresas operadoras no llega a más de unos cientos de metros de la periferia de los cascos urbanos, pero las zonas rurales no están cubiertas, a no ser que tengas cerca a tu casa un árbol que supere los 40 metros de altura… pero este fue el primero que tumbaron cuando llegaron al predio.
Tal vez, cuando llegan después de varios días o semanas a los cascos urbanos para hacer sus diligencias personales y que sus celulares se encuentran con la “señal”, estarán atiborradas con cientos de mensajes sobre diferentes tópicos, en donde privilegiarán los que tienen que ver con su familia que se encuentra en otro lugar, algunos amigos cercanos o la novia, si aún están en edad de merecer. De resto muy pocos mensajes llaman su atención y mucho menos para ser leídos e interpretados.
Este hecho acapara nuestra atención. Si los mensajes se están perdiendo para muchos, por diversas razones, entonces bien valdría la pena utilizar estrategias complementarias, que garanticen su recepción por parte de esa cantidad de personas del campo, que son los que tienen la llave para detener la deforestación. Todo el accionar se debe reorientar en forma permanente hacia las Redes Sociales, que es la herramienta que utilizamos en la actualidad, pero complementada con medios impresos de difusión masiva, la radio como el “agente comunicador ideal” y finalmente las charlas presenciales con grupos veredales amplios o específicos con interés en la temática (a partir de reuniones interveredales).
Esta combinación de todas las formas de difusión de un mensaje, siendo persistente y periódica, debe arrojar resultados en el corto y mediano plazo. En la década de los 80´s, en el Guaviare, a través de la Corporación Araracuara, se implementó el Programa Radial “Colombia Amazónica”, dirigido a los habitantes que se encontraban asentados en el territorio, y que tuvo un impacto muy grande en la población rural, ya que a través de sus emisiones diarias (30 minutos) y de fin de semana (60 minutos), se logró establecer una comunicación enriquecedora entre ellos y la Entidad, fundamentada en las entrevistas de campo realizadas con ellos sobre diferentes temáticas, todas relacionadas con su presencia en el territorio y la forma de enfrentar su colonización, actividades diarias, dudas y temores, perspectivas y dificultades, las que eran escuchadas por una amplia audiencia, que motivada escribía al programa centenares de cartas mensuales desde donde se concretaba una intercomunicación enriquecedora entre la Entidad y sus oyentes.
Esta comunicación de doble vía, se manifestaba en las “complacencias musicales” solicitadas por el sector oyente y combinadas con la secuencia de mensajes institucionales sobre diversos tópicos (Recomendaciones técnicas, entrevistas con personas de la comunidad, citación a reuniones tanto prediales, veredales como en la cabecera municipal, información de otras entidades, etc.), que conformaban un variado paquete, que en la medida del paso del tiempo se fue consolidando y estrechando los vínculos entre unos y otros, sirviendo al cumplimiento de los objetivos institucionales, a pesar de la gran influencia negativa de la coca en aquel entonces.
La Programación radial se convirtió en una entrada segura a las casas de los campesinos del departamento, lo cual apoyado por una Asistencia técnica permanente, el uso de material impreso de divulgación y capacitación, el apoyo a diversas actividades productivas y de infraestructura social, llevaron a que se diera un reconocimiento muy marcado a la acción institucional, que de no haber existido en aquellas épocas la distracción de la coca, su impacto sobre las familias campesinas y la preservación de la Amazonía hubiera sido más consistente y benéfico, tanto para los bosques como para la consolidación de la economía de sus habitantes.
Si en algún momento, tratando de buscar alternativas para la consolidación de un proceso de transformación en el “chip” de los habitantes de un territorio, debemos utilizar las tecnologías modernas, pero adicionándole una llegada segura a las nuevas técnicas y planteamientos con métodos antiguos, como lo puede ser el Programa Radial, teniendo en cuenta que el cubrimiento de la Radio es mucho mayor que la del celular, y a pesar de que haya muchos mas celulares en las zonas rurales que aparatos radiales. (La radio por lo general se escucha en familia, mientras que el celular es demasiado individual y en muchos lugares no alcanza a ser cubierto por la señal dispuesta para ello).
Aquí conviene dar algunos pasos atrás y reivindicar un medio que aún permanece activo en las zonas rurales apartadas: La Radio, la cual complementada con medios impresos (Volantes, Plegables, cartillas), se puede transformar en un medio mas efectivo de intercomunicación, dado que no seremos únicamente emisores de mensajes, sino escuchas (y a su vez divulgadores) de los planteamientos y experiencias de la gente para lograr una estrategia comunicativa que redunde en el uso sostenible de la Amazonía, como también en su conservación y recuperación.
Y nosotros, encerrados en las ciudades, bombardeados cada segundo por innumerables pitidos de nuestro celular, avisándonos que nuevos mensajes ya se encuentran disponibles para ser leídos, sobre todas las temáticas existentes, vanagloriándonos de la rapidez de las líneas 3G, 4G, 5G… nG que nos mantienen continuamente informados sobre los hechos que suceden en todos los rincones del planeta, y donde contribuimos, con nuestras propias piezas de información para comunicar o distraer a nuestros amigos y seguidores, elevando a la N potencia el número de sonidos de advertencia de que la información está circulando.
Pero que sucede en los límites y más allá de la famosa y aún no delimitada físicamente y menos aún vigilada, zona de frontera agropecuaria, en donde ellos desarrollan sus actividades de deforestación, bien sea que realmente estén haciéndolo para asentarse y sobrevivir, o para cumplir una tarea asignada por un ignoto financiador con ocultos intereses, o, vislumbrando a futuro una negociación de su “abierto” predio con algún terrateniente que le reconozca los valores en tiempo y dinero invertidos en la transformación del bosque en inmensas praderas.
¿A ellos realmente les llegan mensajes por las redes sociales? Me atrevo a decir que no. Que estamos escribiendo y reenviando mensajes para un público que realmente no es, en esencia, el público objetivo. En la realidad la señal de las empresas operadoras no llega a más de unos cientos de metros de la periferia de los cascos urbanos, pero las zonas rurales no están cubiertas, a no ser que tengas cerca a tu casa un árbol que supere los 40 metros de altura… pero este fue el primero que tumbaron cuando llegaron al predio.
Tal vez, cuando llegan después de varios días o semanas a los cascos urbanos para hacer sus diligencias personales y que sus celulares se encuentran con la “señal”, estarán atiborradas con cientos de mensajes sobre diferentes tópicos, en donde privilegiarán los que tienen que ver con su familia que se encuentra en otro lugar, algunos amigos cercanos o la novia, si aún están en edad de merecer. De resto muy pocos mensajes llaman su atención y mucho menos para ser leídos e interpretados.
Este hecho acapara nuestra atención. Si los mensajes se están perdiendo para muchos, por diversas razones, entonces bien valdría la pena utilizar estrategias complementarias, que garanticen su recepción por parte de esa cantidad de personas del campo, que son los que tienen la llave para detener la deforestación. Todo el accionar se debe reorientar en forma permanente hacia las Redes Sociales, que es la herramienta que utilizamos en la actualidad, pero complementada con medios impresos de difusión masiva, la radio como el “agente comunicador ideal” y finalmente las charlas presenciales con grupos veredales amplios o específicos con interés en la temática (a partir de reuniones interveredales).
Esta combinación de todas las formas de difusión de un mensaje, siendo persistente y periódica, debe arrojar resultados en el corto y mediano plazo. En la década de los 80´s, en el Guaviare, a través de la Corporación Araracuara, se implementó el Programa Radial “Colombia Amazónica”, dirigido a los habitantes que se encontraban asentados en el territorio, y que tuvo un impacto muy grande en la población rural, ya que a través de sus emisiones diarias (30 minutos) y de fin de semana (60 minutos), se logró establecer una comunicación enriquecedora entre ellos y la Entidad, fundamentada en las entrevistas de campo realizadas con ellos sobre diferentes temáticas, todas relacionadas con su presencia en el territorio y la forma de enfrentar su colonización, actividades diarias, dudas y temores, perspectivas y dificultades, las que eran escuchadas por una amplia audiencia, que motivada escribía al programa centenares de cartas mensuales desde donde se concretaba una intercomunicación enriquecedora entre la Entidad y sus oyentes.
Esta comunicación de doble vía, se manifestaba en las “complacencias musicales” solicitadas por el sector oyente y combinadas con la secuencia de mensajes institucionales sobre diversos tópicos (Recomendaciones técnicas, entrevistas con personas de la comunidad, citación a reuniones tanto prediales, veredales como en la cabecera municipal, información de otras entidades, etc.), que conformaban un variado paquete, que en la medida del paso del tiempo se fue consolidando y estrechando los vínculos entre unos y otros, sirviendo al cumplimiento de los objetivos institucionales, a pesar de la gran influencia negativa de la coca en aquel entonces.
La Programación radial se convirtió en una entrada segura a las casas de los campesinos del departamento, lo cual apoyado por una Asistencia técnica permanente, el uso de material impreso de divulgación y capacitación, el apoyo a diversas actividades productivas y de infraestructura social, llevaron a que se diera un reconocimiento muy marcado a la acción institucional, que de no haber existido en aquellas épocas la distracción de la coca, su impacto sobre las familias campesinas y la preservación de la Amazonía hubiera sido más consistente y benéfico, tanto para los bosques como para la consolidación de la economía de sus habitantes.
Si en algún momento, tratando de buscar alternativas para la consolidación de un proceso de transformación en el “chip” de los habitantes de un territorio, debemos utilizar las tecnologías modernas, pero adicionándole una llegada segura a las nuevas técnicas y planteamientos con métodos antiguos, como lo puede ser el Programa Radial, teniendo en cuenta que el cubrimiento de la Radio es mucho mayor que la del celular, y a pesar de que haya muchos mas celulares en las zonas rurales que aparatos radiales. (La radio por lo general se escucha en familia, mientras que el celular es demasiado individual y en muchos lugares no alcanza a ser cubierto por la señal dispuesta para ello).
Aquí conviene dar algunos pasos atrás y reivindicar un medio que aún permanece activo en las zonas rurales apartadas: La Radio, la cual complementada con medios impresos (Volantes, Plegables, cartillas), se puede transformar en un medio mas efectivo de intercomunicación, dado que no seremos únicamente emisores de mensajes, sino escuchas (y a su vez divulgadores) de los planteamientos y experiencias de la gente para lograr una estrategia comunicativa que redunde en el uso sostenible de la Amazonía, como también en su conservación y recuperación.
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2021-04-05
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