Con esta cartilla se quiere introducir en el conocimiento del ecosistema Amazónico a un gran número de personas que tienen relación con
estos territorios, ya sea desde su visión de ocupantes del mismo, como también a las personas asentadas en sus límites geográficos y que
desarrollan diferentes actividades económicas, culturales, educativas, sociales con sus gentes, lo cual no los obliga a conocer el territorio,
pero que en estos momentos de gran incertidumbre para la Amazonía y para la humanidad, se hace muy necesario que se construya un frente
común para su protección y recuperación, pues lo que se pierde en definitiva desaparece, afectando a todos los seres vivos del planeta, es decir
“no habrá futuro” para las nuevas generaciones y ese legado no lo podemos entregar.
Igualmente, aquellas personas que desde la distancia toman decisiones sobre el bosque amazónico, su ocupación y su explotación, segura-
mente no tienen un mayor conocimiento de lo que realmente sucede en estos ecosistemas y porqué son tan necesarios para la vida en la tierra,
dado que desde pequeños están acostumbrados a escuchar de la Amazonía como un conjunto de cosas “malas” o negativas que deben ser
conquistadas y transformadas a toda costa para que ofrezcan sus tesoros ocultos a un pequeño número de inversionistas, quienes multiplican
sus riquezas a niveles incalculables, pero dejando un sendero de pobreza y muerte en las poblaciones de indígenas y colonos que en nada se
benefician, a no ser de algunos trabajos ocasionales con salarios de miseria que en nada reivindican su condición de seres humanos.
Con estos textos queremos que ustedes, sus lectores, se acerquen a una de las realidades que se deben conocer para orientar sus acciones,
directas o indirectas, que de alguna forma transforman el ecosistema en estos lugares. Esas transformaciones, generalmente negativas, equi-
valen a situaciones parecidas a que en nuestras propias casas, el hogar de la familia, empezáramos a quitarle los ladrillos que la conforman,
suprimirle tejas al techo, desconectarla de la energía y cortar el suministro de agua por tubería, poco a poco, hasta que la vivienda ya no cumpla
su función porque está destruida. Lo mismo sucede con la Amazonía. Es nuestra casa y la estamos despojando de sus bosques, su biodiversi-
dad, sus suelos, sus funciones ecosistémicas y llegará el momento en que ya no cumpla ninguna función y dejará de ser nuestra casa, siendo
la única que se tiene. No hay más y no se puede empezar el ciclo en otra parte.